lunes, 12 de mayo de 2008

Let's talk...

La(s) semana(s) pasada(s) y este fin de semana dejaron charlas y situaciones que me parecieron dignas de “resumir” en una entrada asi que vamos a ponernos un poquito serios :rolleyes:

Hace un tiempo, quienes se llevaban todo el repudio eran esas personas a las que se las considera “superficiales” en el sentido de no tener ambiciones o intereses que impliquen un esfuerzo intelectual, por ejemplo.

Como esas personas extendieron su alcance y por cuestiones hasta estéticas son más identificables, aparentemente también se extendió la necesidad de diferenciarse o contrastar a niveles no imaginados.

A que voy con esto. Hay muchas personas, que critican y hasta insultan a este estereotipo, que lo repudian con todas las fuerzas de sus seres y como bonus intentan mostrar qué tienen ellos para ofrecer. Y esto puede mostrarse desde el ámbito musical, pasando por lo estético, la lectura, escritos propios, hasta las bebidas que consumen y actividades que realizan. Ahí, se ve como contracara a la necesidad de PERTENECER, la necesidad de DIFERENCIARSE.

Vos pensarás “¿Qué pretende usted de mi? Si te gusta esto, es porque te gusta eso; si te gusta lo otro y es diferente porque te gusta lo otro y es diferente… voy a terminar perteneciendo a alguno!”

Negativo; primero que yo no estoy hablando de los gustos en si; no estoy criticando un estilo musical, ni estetico ni nada por el estilo.

Me refiero a que si sos diferente, si no te consideras dentro de ese denominador común de “personalidades”, si tenes gustos muy particulares y una sensibilidad musical y artistica privilegiada… ese conjunto de cosas ameritarian que no tengas la necesidad de esforzarte para demostrarlo. Yo no podria JAMAS generalizar al punto de decir que esos intereses son forzados, quizás realmente nacen de esas personas… pero el DEMOSTRAR es la cuestión. Lamentablemente es muy notorio el esfuerzo, las ganas, la necesidad, el tomarle el gustito a que los demas vean todas esas cosas que ellos no conocen y vos si, que vos disfrutas y ellos no. Y no mostrarlas para que las conozcan, ¡no! Mostrarlas, justamente, para que vean que vos las conoces, y ellos no, porque son mediocres. Probablemente seria más acorde que esas personas sigan con su existencia y sus opiniones haciendo la suya, pero el combo sensibilidad, profundidad (preferentemente para analizar su propia existencia), sangre, amplios intereses musicales (preferentemente con alguna inclinación al metal) es un combo ganador. Ganador porque, claro, hay quienes piensan “¡La puta! Que personalidad. Que profundidad en su opinión.” Porque no pueden distinguir la estructura que esas personas se imponen, y que salir de ella seria el mismisimo fracaso, el cambio.

Claramente, para muchos no es facil de notar, y su visión queda en “Es un incomprendido!”, “Hay que poder bancarse ser asi, eh, admirable” mientras que en algunos casos esa muestra de originalidad, por ejemplo pasa entre la distinción de ser “poser” o gotico/dark/emo/alterno/insertecualquierotra“tribuurbana”aqui

Y ahí abrimos otro tema; la dificultad de tanta gente para poner distancia a lo que lee u opina otro. Aca tampoco critico a quienes absorben esas opiniones, porque muchas veces es producto de no tener formada la propia; sino que lamento el infortunio para elegir en muchos casos… que esa imposibilidad de sacar lo positivo de algo (si es que lo tiene) se transforme en la adopción total del modelo que se les presenta.

Ayer, por ejemplo, en la feria del libro estaba Cielo Latini; autora del libro “Abzurdah”. Creo que habian minimo 250 personas haciendo cola para verla, saludarla y hasta tener el privilegio de llevarse su ejemplar firmado por ella. Una gran mayoria eran chicas de entre 13 y 17 años y algunas gritaban “CIELO, IDOLA!” o reclamaban fervientes la organización de las filas. Hasta habian guardias de seguridad para contener a la muchedumbre. Estabamos ahí, paradas a un costado del stand cuando Martina, una de mis amigas, opinó al respecto. Como resultado, una de las chicas que esperaban salió de la fila, abrazada a su ejemplar y le preguntó a Martina “Y qué haces vos acá entonces?” Luego de explicarle que era la 34° Edición de La Feria del Libro, y no una conferencia de Cielo Latini a la que ademas le habian agregado unos stands alrededor, la charla denotó que esta chica, totalmente abocada a la defensa del libro y de su autora, no se permitia entender a lo que se referia Martina; que hay muchas personas que no tienen esa claridad y la posibilidad de determinar esa distinción entre lo positivo, lo cuestionable y hasta lo descartable que puede tener ese libro. O cualquier otra cosa. Esos fanatismos hasta enfermizos, en TODO aspecto, me arriesgaria a decir que no derivan en nada positivo. Suelen eliminar la objetividad, anulan la posibilidad de elección.

El permitirse ser, elegir y conocer siendo fiel a las propias convicciones, no tiene precio.

“Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que ser.” (J.P. Sartre)

3 comentarios:

Malena dijo...

Parece que a las dos nos tocó cruzarnos con Cielo Latini y sus seguidoras esta semana. Estoy de acuerdo con todo lo que decís; pero recordando las palabras de una filósofa contemporánea:

habras notado que ahora no faltan los/las que se hacen los anti-estereotipo y hacen un esfuerzo sobrehumano para intentar mostrar que son diferentes y terminan cayendo en una especie de común denominador de los que hacen eso.

Supongo que todo lo que sea descubrirse a uno mismo a través de los demás está mal; sea para formar parte o para no formar parte.


Pd: sacá el verificador de palabras de los comments, es una paaaaja

SZ dijo...

Hablar y resumir las cosas... seguramente toda una especialidad tuya

Nacho dijo...

Hablás siempre muy genéricamente, en lugar de decir "floggers putos" decís "cierta clase de gente" y a veces es difícil entenderte. Sacando eso, me gustó como escribís.

Y una digresión nada mas para molestarte: qué hacés con la mochila de deep purple, pink floyd, y etc?
Eso se acerca peligrosamente a tu crítica de demostrar los propios gustos por la necesidad de pensarse más sofisticados.